viernes, 6 de noviembre de 2009

vegetarianismo

El primer paso

Todo gran viaje siempre comienza con el primer paso. No importa cuánto tardes en hacer la transición entre una dieta con carne y una vegetariana, lo importante es que comiences con este estilo de vida respetuoso con el medio ambiente, saludable, ético y solidario.

El cambio a una dieta vegetariana es más fácil de lo que puedas pensar. La mayoría de las personas, tanto si son vegetarianos como si comen carne, típicamente utilizan una gama reducida de recetas; la familia media come sólo ocho o nueve cenas diferentes de forma repetida. Puedes aplicar un método sencillo de tres pasos para empezar con nueve menús para cenas vegetarianas que te gusten y puedas preparar fácilmente.

En primer lugar, piensa en tres comidas vegetarianas que ya te gustan. Las más comunes son verduras fritas al estilo chino, sopa de verduras, o pasta primavera. En segundo lugar, piensa en tres recetas que preparas habitualmente que puedan ser adaptadas con facilidad a un menú vegetariano. Por ejemplo, una receta favorita de chile puede ser elaborada con los mismos ingredientes; tan sólo sustituye la carne por alubias o proteína vegetal texturizada. Prepara burritos de alubias (usando alubias refritas vegetarianas enlatadas) en lugar de burritos de carne. Muchas sopas, guisos y estofados pueden ser convertidos en platos vegetarianos con pocos cambios sencillos. Finalmente, revisa algunos libros de cocina vegetariana de la biblioteca y experimenta con las recetas durante una semana o así, hasta que encuentres tres de ellas que sean deliciosas y fáciles de preparar. De esa forma, con mínimos cambios en tus menús, dispondrás de nueve cenas vegetarianas.

Cómo comenzar
Todos somos diferentes, y lo que para unos es sencillo a otros le cuesta una enormidad. Por esta razón, proponemos tres maneras diferentes de dar el primer paso:

Cambio gradual
Mucha gente prefiere ir dejando la carne poco a poco hasta que descubren que llevan mucho tiempo sin consumirla y se han acostumbrado. Conforme pasa el tiempo te vas haciendo más seguro de qué cocinar, qué responder, cómo comer.

Beneficios
Tus nuevos hábitos alimenticios se van fortaleciendo. Has tenido tiempo suficiente para construir una base sólida que refuerce tus convicciones.
Este tipo de enfoque se va adaptando a tus rutinas. Si tienes problemas para adaptarte a cambios bruscos, este estilo funcionará bien contigo y cuando menos te lo esperes ya será parte de tus rutinas habituales.
Inconvenientes
Frente al cambio “de un día para otro”, este enfoque tiene algunas desventajas a tomar en cuenta:

Te puedes quedar atorado en alguna parte del proceso y nunca hacer el cambio a la dieta vegetariana. Mucha gente decide dejar de comer mamíferos, pero sigue comiendo aves y peces, o dejan también las aves pero continúan comiendo peces. También puede suceder que cambian el hábito de comer animales por el de comer grandes cantidades de huevo y queso y se extrañan de que sus niveles de colesterol no disminuyan. Hay que tener un plan para que esto no suceda.
Siempre crees que no es el mejor momento para empezar. Te lo has propuesto desde hace mucho pero retrasas la toma de decisión definitiva. Si ya estás convencido de que es lo que realmente quieres hacer, ponte una fecha y comienza a dar pequeños pasos para alcanzar tu meta. No hay pero que valga.
La transición
Cuando decides hacerte vegetariano hay algunos temas que debes dominar:

Nutrición vegetariana básica
Dónde comprar productos para vegetarianos
Recetas de cocina sencillas para tus comidas diarias
Restaurantes y lugares de comida rápida vegetariana
Cómo transformar celebraciones o eventos en torno a una comida
Independientemente si decides hacer el cambio “de un día para otro” o “poco a poco”, seguramente habrá unas de estas áreas que te interesen más que otras. Tal vez prefieras ser un mini-experto en nutrición o quizá lo tuyo sea cocinar para ti y tus amigos. Sin embargo, te recomendamos que tengas nociones básicas de todos los temas para poder enfrentarte a cualquier situación.

Si eres bastante meticuloso puedes trazar un plan si crees que eso te ayuda en la transición: primero puedes leer una serie de artículos básicos sobre teoría de los derechos de los animales, o testimonios de personas que se hicieron vegetarianas, luego averigua lo suficiente sobre nutrición, juega con tu imaginación e inventa platillos, recurre a recetas existentes o modifica las tradicionales. Date el tiempo suficiente para conocer cada una de las áreas que has priorizado y que te interesan.

No pienses que hay que ser un erudito para hacer la transición al vegetarianismo. No necesitas leer todos los libros existentes o contrastar todas las opiniones. Puedes navegar en Internet, hojear revistas de salud que hablen sobre el tema o suscribirte a un boletín electrónico informativo sobre vegetarianismo. En los blogs de vegetarianos puedes hacer amigos y exponer tus dudas.

Mientras te documentas puedes empezar la transición reduciendo tu consumo de animales de una manera fácil:

Intenta dejar de comer carne tres veces por semana. Empieza por platos sencillos como pastas, pizza vegetariana, hamburguesas vegetales, lasaña vegetariana.
Echa un vistazo en tu supermercado para ver si disponen de salchichas o milanesas vegetarianas. A veces te sorprendería descubrir la variedad de alimentos que hay que nunca hubieran llamado tu atención.
Ve a una tienda naturista y compra productos que llamen tu atención. En esto como en muchas cosas hay que probar varias opciones hasta encontrar la que más te gusta.
Si sigues comiendo carne, reduce al máximo tus porciones. Recuerda que al decir carne incluimos a los peces; ellos no son vegetales flotantes.
Mientras menos carne comas, menos la echarás en falta y un día te sorprenderá haber pasado toda la semana sin comerla.

Una vez que has dado el paso al vegetarianismo es cuestión de ir experimentando nuevos productos, recetas. Irás leyendo más sobre nutrición y planearás tus comidas con más esmero.

Muchas personas son muy severas consigo mismas. Puedes toparte con una situación incómoda donde a pesar de que dijiste estar intentando ser vegetariano te topes con que no hay nada más que carne. Puedes negarte a comer, pedir que te den una fruta o un poco de pan, o comer un poco de lo que hay. Depende de ti. Es mejor que te mantengas firme en tus convicciones, pues eso también te da credibilidad frente a los demás, pero si claudicas no te sientas mal contigo mismo. Nadie te está juzgando. Mientras tengas claro que quieres ser vegetariano, no importa cuánto te tardas… bueno, a los animales les gustaría que fuera ¡lo antes posible!

Cambio rápido


Un día puedes estar comiendo una hamburguesa en un local de comida rápida, y al día siguiente ordenando una hamburguesa vegetariana en un restaurante naturista. Aunque no es el más común de los escenarios, hay gente que con sólo ver un video, escuchar una charla, leer un artículo o un folleto acerca de cuánto sufren los animales en los mataderos y en las granjas factoría, deciden hacerse vegetarianos.

Esta clase de personas se motivan a cambiar rápidamente y prefieren hacer los grandes cambios lo más rápido posible en lugar de alargarlos.

Los beneficios de un cambio rápido

Los beneficios son más rápidos. Donde se notan más rápido los cambios hechos “de un día para otro”, es en la salud. Por ejemplo, una persona con sobrepeso empieza a perder kilos notoriamente, o los niveles de glucosa de un diabético bajan en seguida.
Te sientes satisfecho por haber hecho lo que querías. No tienes pretextos para alcanzar tus metas.
Este tipo de enfoque funciona mejor para personas que
Con sólo un poco de información sobre nutrición o haber hablado con un vegetariano, es suficiente para intentar el cambio.
Tienen un medio favorable. Amigos o parientes ya son vegetarianos, o viven en un país o ciudad donde se no es complicado conseguir alimentos nutritivos. Han leído de nutrición o les gusta cocinar platillos nuevos.
No tienen demasiadas complicaciones. Es más fácil hacer cambios “de un día para otro”, si no tienes distracciones como un recién nacido, un nuevo trabajo, una jornada laboral exhaustiva.
Para algunas personas, no hay alternativa: una vez han visto un video de cómo matan a los animales, no pueden volver a ver una hamburguesa como comida. Para ellas, la decisión está tomada y no hay tiempo que perder en leer o averiguar más. Simplemente, no volverán a comer animales.


De vegetariano a vegano

Seguramente gran parte de lo que comes es vegano y no he has dado ni cuenta. Del resto de los alimentos fíjate cuáles pueden encontrarse sin productos de origen animal: cambia mantequilla por margarina, leche de vaca por leche de soya, miel de abeja por miel de maple o palma, pasta al huevo por pasta de sémola.

En un principio te la pasarás leyendo las etiquetas de todos los productos, pero cuando conozcas qué marcas no tienen productos animales, será más fácil.

Cuando cocines, piensa que prácticamente todos los ingredientes pueden suplirse por otros de origen vegetal. En lugar de usar huevo en la repostería puedes usar compota de manzana o plátano, para lo salado puedes usar harina de garbanzo y agua.

No te desesperes si en tu ciudad no hay exactamente los mismos alimentos que en otros países con mayor número de veganos. Escribe cartas al supermercado o tienda naturista solicitando determinadas marcas o productos.

Es importante que en tu transición al vegetarianismo no abuses de los lácteos y los huevos, pues además de no ser saludables, también representan mucho sufrimiento para los animales.

¿Aún tienes dudas?

Si no estás convencido aún y necesitas resolver algunas dudas, revisa esta lista de dudas frecuentes:

Ser vegetariano incrementa la inteligencia: estudio

Los niños inteligentes son más propensos a convertirse en vegetarianos de mayores, afirma el estudio.

Un equipo de la Universidad de Southampton concluyó que los vegetarianos adultos han registrado 5 puntos más de coeficiente intelectual que los no vegetarianos.

Los investigadores afirman que esto puede explicar por qué las personas con coeficiente intelectual más alto escogen una dieta vegetariana, que se asocia a una menor incidencia de enfermedades cardíacas y obesidad.

El estudio apareció publicado en el British Medical Journal. En dicha investigación, 366 de los participantes declararon ser vegetarianos -aunque más de 100 reportaron comer aún pollo o pescado.

Los hombres vegetarianos tuvieron un puntaje CI (coeficiente intelectual) de 106, comparado con los 101 de los no vegetarianos, mientras que las mujeres vegetarianas puntuaban en promedio 104 frente al 99 de las no vegetarianas.

No existían diferencias significativas entre los que afirmaban ser vegetarianos estrictos y los que decían que comían aún pollo y pescado.

Las personas vegetarianas del estudio eran principalmente de sexo femenino, la mayoría de una clase social ocupacional alta y tenían niveles de educación y éxito laboral más altos que los no vegetarianos. Sin embargo, estas diferencias no se veían reflejadas en los ingresos anuales, que eran similares entre los vegetarianos y los no vegetarianos.

La investigadora jefe, Catherine Gale, recalcó que: "El hallazgo de que los niños con mayor inteligencia es más probable que se conviertan en vegetarianos cuando son adultos, junto a la evidencia de los potenciales beneficios de una dieta vegetariana sobre la salud cardíaca, puede ayudar a explicar porqué el CI más alto de los niños y adolescentes se relaciona con la reducción de los riesgos de enfermedades cardíacas en la vida adulta."

Inteligencia

De todos modos, agrega Gale que la relación sólo puede ser un ejemplo de muchas otras preferencias y estilos de vida que varían con la inteligencia y que pueden o no tener implicaciones para la salud.

Liz O'Neill, de la Vegetarian Society, dice: "Nosotros siempre hemos tenido claro que el vegetarianismo es una opción inteligente y compasiva que beneficia a los animales, las personas y el medio ambiente. Ahora tenemos la evidencia científica para probarlo. Quizás eso explica el hecho de que muchas personas que han reducido su consumo de carne se autodenominen vegetarianos, aún cuando sepan que los vegetarianos jamás comen pollo, pavo o pescado."

Pero el Dr. Frankie Phillips, de la British Dietetic Association, dice: "Esto es como el problema del huevo o la gallina: las personas se vuelven vegetarianas ¿porque tienen un CI más alto o porque entienden que es una dieta más saludable?".

El Mito de la Proteína

En el pasado, se pensaba que no era posible comer demasiada proteína. A principios de 1900, se decía a los americanos que comieran más de 100 gramos de proteína por día. E incluso en los años 1950, se animaba a la gente que se preocupaba por su salud a reforzar su consumo proteico. En la actualidad, algunos libros de dietas novedosas proponen un elevado consumo proteico para la pérdida de peso, a pesar de que los americanos tienden a ingerir el doble de la ración proteica necesaria. Y mientras los individuos que siguen tales dietas consiguen un éxito a corto plazo perdiendo peso, a menudo no son conscientes de los riesgos para la salud asociados con una dieta rica en proteínas. El exceso de proteína se ha asociado con la osteoporosis, las enfermedades renales, los cálculos en el tracto urinario y ciertos tipos de cáncer.

Los Ladrillos de la Vida

Las personas construyen las proteínas de sus cuerpos a partir de aminoácidos, los cuales a su vez proceden de las proteínas que ingieren. Una dieta variada de alubias, lentejas, cereales y verduras contiene todos los aminoácidos esenciales. Antes se pensaba que había que comer juntos varios alimentos vegetales para conseguir todo su valor proteínico completo, pero la investigación actual sugiere que no es así. Muchas autoridades en el campo de la nutrición, incluyendo a la American Dietetic Association (Asociación Dietética Americana), opinan que las necesidades proteicas pueden ser satisfechas fácilmente consumiendo una amplia variedad de fuentes de aminoácidos a lo largo del día. También ingerir suficientes calorías es esencial para un aprovechamiento óptimo de la proteína por parte del organismo.[1]

El Problema del Exceso de Proteína

La dieta media americana contiene carne y productos lácteos. Como resultado, es excesivamente rica en proteínas. Esto puede conducir a una serie de problemas de salud importantes:

Enfermedad Renal: Cuando la gente come demasiada proteína, obtienen más nitrógeno del que necesitan. Esto sobrecarga el trabajo de los riñones, que deben expulsar el nitrógeno extra a través de la orina. A las personas con problemas renales se les recomienda una dieta baja en proteínas.[2] Dicha dieta reduce los niveles excesivos de nitrógeno, y también puede ayudar a prevenir la enfermedad renal.

Cáncer: Aunque la grasa es la sustancia dietética más a menudo considerada responsable de aumentar el riesgo del cáncer, la proteína también juega su papel. Las poblaciones que comen carne con regularidad poseen un riesgo superior de cáncer de colon,[3] y los investigadores creen que influyen tanto la grasa, como la proteína, los agentes cancerígenos naturales y la ausencia de fibra de la carne. En 1982, el National Research Council (Consejo Nacional de Investigación) advirtió una relación entre cáncer y proteína.[4]

Osteoporosis y Cálculos Renales: Se sabe que las dietas ricas en proteína, especialmente proteína animal,[5] provocan una excreción de calcio a través de la orina superior a lo normal [6] y aumentan el riesgo de osteoporosis. Los países con dietas más bajas en proteína poseen tasas inferiores de osteoporosis y fracturas de cadera.[7]

La excreción superior de calcio aumenta el riesgo de cálculos renales. Investigadores ingleses descubrieron que añadiendo unas 5 onzas de pescado (unos 34 gramos de proteína) a una dieta normal, el riesgo de formación de cálculos en las vías urinarias aumentaba en hasta un 250 por ciento.[8]

Durante mucho tiempo se pensó que los atletas necesitaban mucha más proteína que otras personas. La verdad es que los atletas necesitan sólo un poco más de proteína, cantidad que se obtiene fácilmente en las mayores raciones que los atletas requieren para satisfacer sus superiores requisitos calóricos. Las dietas vegetarianas son excelentes para los atletas. Para consumir una dieta que contenga suficiente proteína, pero no excesiva, simplemente reemplaza los productos animales por cereales, verduras, legumbres (guisantes, alubias, lentejas) y frutas. Mientras se consuma una variedad de alimentos vegetales en cantidad suficiente para mantener el peso corporal, el organismo obtiene suficiente proteína.

Cocinar sin Huevo

Mucha gente decide no utilizar huevos en su dieta. Sobre un 70 por ciento de las calorías de los huevos proceden de grasas, y una gran parte de esa grasa es saturada. También están cargados de colesterol - sobre 213 miligramos en un huevo de tamaño mediano. Debido a que la cáscara del huevo es frágil y porosa, y al hacinamiento en las granjas avícolas, los huevos son el hogar perfecto de la salmonela - la bacteria que constituye la primera causa de intoxicación alimentaria en los EE.UU.

Los huevos son utilizados a menudo en los productos horneados por sus propiedades para ligar e hinchar. Pero los buenos cocineros han encontrado buenos sustitutos para los huevos. Prueba uno de los siguientes la próxima vez que prepares una receta que requiera huevos: Si una receta requiere sólo uno o dos huevos, a menudo se pueden quitar. Añade un par de cucharadas extra de agua por cada huevo eliminado para equilibrar el contenido de humedad del producto.

Existen sustitutos de huevo sin huevo en muchas tiendas de dietética. Son distintos de los productos de huevo con colesterol reducido que sí contienen huevo. Los sustitutos de huevo no lo contienen y normalmente vienen en forma de polvo. Reemplaza los huevos con una mezcla de sustituto en polvo y agua según las instrucciones del paquete.

Usa una cucharada llena de harina de soja o fécula de maíz más 2 cucharadas de agua para sustituir cada huevo en un producto horneado.

Usa 1 onza de tofu hecho puré en lugar de un huevo.

En los bollitos y galletas, media banana aplastada puede ser usada en lugar de un huevo, aunque cambiará algo el sabor de la receta.

Para hamburguesas y pasteles vegetarianos, usa uno de los siguientes para unir los ingredientes: pasta de tomate, puré de patata, miga de pan humedecida o copos de avena.

Niños en verde. El vegetarianismo en los chicos.

Artículo aparecido en el suplemento Mi Hogar del diario El Comercio (domingo 06 de marzo de 2005).

En las últimas semanas, los vegetarianos han recibido un jalón de orejas por parte de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. ¿La razón? La nutricionista Lindsay Allen -del Departamento de Agricultura de Estados Unidos- ha señalado que existe cada vez más evidencia de que la falta de carne y leche podrían afectar seriamente el desarrollo físico y mental de los niños.

¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones? Consultamos con Flor de María Díaz, ex decana del Colegio de Nutricionistas, quien nos aclaró algunos conceptos. "Las dietas estrictamente vegetarianas, las lactovegetarianas (que incluyen leche y derivados) y las ovolactovegetarianas (incluyen huevo, leche y derivados) bien planeadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital y promueven un crecimiento normal", afirma la especialista.

Bebés y niños
Se ha demostrado que los bebés que nacen de madres vegetarianas (que hayan cumplido con sus requerimientos de nutrientes) y que reciben cantidades adecuadas de leche materna no presentan diferencias frente a niños nacidos de madres no vegetarianas. Lo que sí sucede con aquellos bebes que han recibido dietas como la frugívora (sólo frutas) o la crudívora (sólo alimentos crudos).

Si quiere evitar que su pequeño consuma carne (como parte de un estilo de vida o religión), debe balancear su dieta. Por ejemplo, la doctora Díaz recomienda que cuando llegue el momento de introducir alimentos sólidos, se puede usar tofu en puré, yogurt, yemas de huevo cocidas o requesón. "Más tarde pueden darle cuadraditos de tofu, queso y pequeñas piezas de hamburguesa de soya", indica la doctora Díaz.

A medida que el niño crece podría presentar necesidades mayores que los chicos no vegetarianos debido a su digestibilidad de proteína. Por eso, resulta importante presentar dietas con una adecuada cantidad de energía y de calcio, hierro y zinc, así como de vitamina B12. Consulte con un especialista para saber el régimen adecuado para cada edad.

fuente e informacion extraida de la pagina Haztevegetariano.com

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